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    Leyenda del sumidero

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    MVC 467S

    En el criterio popular el nombre dado al Sumidero "Las trancas", proviene de la costumbre de hacer labores de limpieza en la entrada del mismo para evitar las inundaciones. Existía además una cerca alrededor de la zona para impedir que las palizadas producidas por las crecidas de los ríos obstruyeran la garganta del mismo. Mitos y leyendas se tejieron alrededor del peculiar accidente geográfico llegadas hasta hoy y provocando una sensación de misteriosa atracción, entre ellas, se cuenta que los pobladores del lugar debían hacer ofrendas a los dioses para evitar las inundaciones.

     

    Estas ocurrían en épocas de fuertes lluvias o temporales siendo muy famosas las de la zona de Jibacoa, agravadas por la existencia del sumidero "Las Trancas", insuficiente para evacuar los grandes escurrimientos. Esta situación influyó en la aparición de una tradición solo vista en las familias campesinas del lugar, que consistía en la construcción de una vivienda en el fondo del valle y otra en las alturas para trasladarse durante los grandes eventos lluviosos.

    Por aquellos años (antes de la construcción del embalse Hanabanilla) se inundaba todo. Existía una frase muy popular, que era real y no figurada, que decía que "en Jibacoa las jicoteas comen palmiche en la palma", lo que era verdad porque cuando el sumidero no podía evacuar toda el agua de las crecidas de los ríos Guanayara y Río Negro, más las cañadas y arroyos desbordados, el valle se llenaba todo de agua, y subía hasta la altura de las palmas.

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